miércoles, 16 de junio de 2021

La reproducción III: la pubertad

Aunque cuando nacemos, nuestro aparato reproductor está completo, no está activo hasta que alcanzamos la pubertad y no llegamos a la madurez sexual hasta ser adultos.



Esto quiere decir que no es capaz de fabricar células reproductoras. Hacia los 11 años, entramos en la fase de la pubertad en la que nuestro cuerpo comienza a experimentar una serie de cambios:
  • se activa nuestro aparato reproductor.
  • comienzan a a parecer los caracteres sexuales secundarios que no intervienen en la reproducción pero que diferencian el cuerpo de los chicos y chicas (vello corporal, crecimiento mamario, cambio de voz, ensanchamiento de las caderas...)
  • comienza la madurez sexual que tiene que ver con una serie de cambios mentales y de personalidad (madurez, responsabilidad, seguridad...)
 


En el caso de los chicos, debido a la activación del aparato reproductor, los testículos comienzan a formar espermatozoides maduros y las glándulas anejas a producir líquido seminal.

Por otro lado, aparecen los caracteres sexuales secundarios: cambio de voz, vello corporal, aumento de estatura y musculatura... Hacia los 25 años, el chico alcanza la altura y corpulencia de un hombre adulto.

Para las chicas el proceso es similar aunque generalmente se inicia antes que en los chicos. Los óvulos que se guardaban en los ovarios desde el nacimiento, comienzan a madurar y ser liberados de uno en uno, una vez al mes, en el ciclo menstrual. 

Aparecen también los caracteres sexuales secundarios: aparece el vello corporal, se ensanchan las caderas, crecen las mamas... Al igual que en los chicos, las chicas alcanzarán la altura y complexión física de una mujer adulta hacia los 25 años.