El siglo XIX es una época de grandes cambios sociales principalmente por un motivo: se produce la Revolución Industrial.
La Revolución Industrial comenzó en Inglaterra a finales del siglo XVIII pero tardó bastante en llegar a España. Allí, se produjo un invento que cambiaría el modo de producción: la máquina de vapor.
Esta máquina permitía producir en serie varios objetos a la vez ahorrando tiempo ya que no se tenían que hacer a mano. Así, los talleres artesanales, se convirtieron en fábricas, empleando a miles de obreros para manejar las máquinas y acabar de rematar el producto, sobre todo en la industria textil y la siderurgia.
Con tanta demanda de mano de obra, las personas que vivían en el campo y los pueblos, se mudaron a la ciudad, donde estaban las fábricas, en busca de un futuro mejor. Estas personas formaban la clase baja u obrera. Sus condiciones laborales eran pésimas: jornadas de 12 horas, salarios bajos, vivían hacinados en barrios pobres... Para luchar por sus derechos, se crearon los sindicatos.
Algunos comerciantes, profesionales y pequeños propietarios de tierras y empresarios formaban la clase media. Poseían algunas propiedades y vivían en mejores condiciones que la clase baja.
La clase alta estaba formada por la aristocracia que eran los nobles y grandes latifundistas y la burguesía que eran los dueños de grandes fábricas, grandes comerciantes y banqueros.
Como cada nueva época que hemos estudiado, tiene también nuevos gustos y estilos artísticos. En arquitectura, aparece el Neoclasicismo, es decir construir como en la época clásica, de Grecia y Roma, algo parecido a lo que pasó en el Renacimiento. Esta moda convive con el Modernismo que se caracteriza por las líneas curvas que recuerdan a la naturaleza. Además se inicia la arquitectura del Hierro, influida por la industria.
En pintura, surge el Impresionismo, un estilo revolucionario que da mucha importancia al color y al paisaje.
Algunas de las obras literarias más conocidas de nuestra lengua, proceden también de esta etapa: Don Juan Tenorio (José Zorrilla), La canción del Pirata (Espronceda), Las novelas ejemplares (Benito Pérez Galdós)... En Extremadura destaca la poetisa Carolina Coronado y Espronceda.
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