Los romanos expandieron su imperio mucha más allá de sus fronteras.
Allá donde iban, imponían su lengua (latín), sus leyes (derecho romano) y su sistema social.
A este proceso se le llama romanización.
El territorio que ahora forma Extremadura perteneció a la provincia de Roma conocida como Lusitania, cuya capital era Emérita Augusta (Mérida). Estos pobladores romanos dejaron un legado histórico y cultural impresionante.
La mayor parte del actual territorio de Extremadura pertenecía a la provincia romana de Lusitania. El tercio sur, parte de la actual provincia de Badajoz, pertenecía a la provincia Baetica (Bética) romana.
La principal vía de comunicación era la Vía de la Plata que recorre Extremadura de norte a sur, esta calzada de casi 500km iba desde Astorga (Asturica Augusta) hasta Mérida (Emerita Augusta).
Desde Emerita Augusta (capital de Lusitania) partían otras calzadas importantes, por ejemplo hacia Hispalis (Sevilla) a modo de continuación de la Vía de la Plata y hacia Corduba (Córdoba) probablemente por Regina. Hacia el oeste Emerita Augusta estaba comunicada con la actual Évora (en Portugal). Otra vía de comunicación importante era la que iba hacia Toletum (Toledo) pasando por Turgalium (actual Trujillo).
A lo largo de Extremadura, son muchos los monumentos que podemos encontrar que nos recuerdan nuestro pasado romano, principalmente en la provincia de Badajoz. Mérida, al ser la capital, fue la ciudad que más se desarrolló contando con edificios públicos como el teatro y el acueducto, templos como el de Diana, termas y baños, y casas particulares con gran número de mosaicos que hoy podemos ver en el Museo Nacional de Arte Romano de Mérida.
Teatro romano de Mérida
